En nuestra última entrada hablábamos de los retos que debe enfrentar el e-commerce en relación con el cambio climático y la sostenibilidad medioambiental y anunciábamos que, para hacerlo con éxito, debe transformarse necesariamente en green commerce. Hoy dejamos tres claves para conseguirlo, en torno a tres de las áreas con mayor impacto medioambiental: la logística, el packaging y la propia página web.
- Logística urbana
La logística es sin duda el gran reto de sector en términos de sostenibilidad medioambiental. Con el foco en mejorar la experiencia de un cliente que espera recibir su paquete en tiempo récord, el riesgo de colapsar el centro de las ciudades y disparar la huella de carbono es evidente.
Afortunadamente, muchos operadores ya están tomando medidas para minimizar este riesgo. Vehículos eléctricos, optimización de rutas gracias al big data, o flotas propulsadas por gas natural comprimido son ya una realidad en las empresas de transporte. La irrupción de vehículos más verdes como el Scoobic, una scooter 100% eléctrica con la capacidad de carga de una furgoneta, llega para quedarse. Los más escépticos con el modelo tradicional apuestan por nuevas fórmulas como los hubs urbanos (mini-almacenes en el corazón de las ciudades), click and collect y puntos de recogida.
Está claro que la revolución de la logística ya está aquí y está en manos de las empresas elegir al proveedor que mejor sepa combinar experiencia de cliente, precio y sostenibilidad.
- Ecopackaging
Es bien sabido que el packaging puede y debe ser una continuación de la imagen de la marca, así como de los valores que representa. Imagen, diseño y materiales pueden combinarse en el packaging para potenciar la experiencia del cliente y multiplicar la sostenibilidad medioambiental.
Estas son las características fundamentales del ecopackaging:
> Su diseño es coherente con la imagen de la marca
> Es económico
> Usa materiales respetuosos con el medioambiente, reciclados o reutilizables
> Reduce al mínimo imprescindible los materiales utilizado
> Ocupa poco espacio
> Su forma es idónea para el transporte
Eco-packaging de Caterpillar
- Web
Cuando se habla de emisiones contaminantes, rara vez pensamos en nuestra actividad en la red, y sin embargo hoy sabemos que internet genera más emisiones de CO2 que todo el tráfico aéreo mundial.
Los datos viajan y se almacenan en grandes servidores que necesitan una determinada temperatura para funcionar correctamente. Y como cada vez disfrutamos de mayor velocidad, no nos preocupa subir más contenido o que las imágenes pesen más.
Estas son algunas medidas útiles para mantener a raya la huella ecológica de una web:
Usar la carga diferida
La carga diferida o lazy loading consiste en cargar las imágenes y otros elementos únicamente cuando sea necesario. Así, por ejemplo, al entrar en una web solo se carga automáticamente la parte superior de la página, mientras que el resto se cargará si nos desplazamos hacia abajo, reduciendo así el consumo de energía.
Optimizar las imágenes
Es importante usar el tipo de formato óptimo en cada caso, así como usar herramientas para comprimir el tamaño de los archivos sin que merme su calidad.
Controlar los vídeos
Medidas sencillas como evitar que los vídeos se reproduzcan de forma automática y no usar alta resolución si no es necesario, pueden mejorar el rendimiento de la página tanto como su sostenibilidad.
Mejorar la usabilidad
Si la estructura de la web es confusa y los contenidos no están claros, los usuarios tardarán más en encontrar lo que buscan, de modo que el impacto en experiencia de usuario será fatal y además aumentará innecesariamente el consumo de energía.
Borrar contenido antiguo
Con frecuencia instalamos plugins y temas, o subimos contenido que con el tiempo desactivamos y ocultamos, pero que sigue ocupando espacio y consumiendo energía en nuestra web. Vale la pena dedicar unos minutos a eliminarlos para mejorar la navegación y convertir la web en un lugar más sostenible.
En definitiva, es hora de repensar todos los procesos de e-commerce de nuestras empresas y transformarlos para hacerlos más sostenibles no solo en términos económicos, sino también medioambientales. Solo las empresas que sepan ver esta necesidad y respondan a ella estarán a la altura del nuevo escenario que, sin duda, será sostenible o no será.