Vivimos en la era de los datos. La tecnología actual nos permite medirlo casi todo y, sin embargo, son muchas las empresas que apenas prestan atención a la mayor parte de la información que ya está disponible en sus sistemas o que podría estarlo con una mínima inversión.
En este artículo incidiremos en la importancia de los KPIs o indicadores clave de rendimiento como herramienta esencial en la estrategia de e-commerce para la consecución de objetivos.
Medir para mejorar
La reflexión se atribuye al matemático británico Lord Kelvin: “Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”.
A pesar de la verdad y la lógica aplastante que encierra este concepto, la realidad de muchas empresas en todos los sectores sigue siendo la de trabajar en modo automático, sin detenerse a medir para mejorar. Esto suele ocurrir por una combinación de varios de estos motivos:
- Carencia de estrategia
Detenerse a analizar el escenario global, establecer objetivos y definir estrategias para mejorarlos es fundamental para asegurarse de que el equipo trabaja en la dirección correcta y de que lo hace de forma eficiente para alcanzar los objetivos que son comunes y prioritarios para la empresa.
- Desconocimiento
Es imprescindible contar en el equipo con personas que dispongan del conocimiento y la visión necesarios no solo para definir la estrategia, sino también para concretar las herramientas y métricas que se utilizarán en la práctica para alcanzarlas.
- Falta de tiempo
Es bien sabido que muchas veces los árboles nos impiden ver el bosque y que las tareas urgentes (no necesariamente importantes) del día a día suelen absorber la energía y el tiempo de los equipos, que no encuentran el momento de pararse a mirar la foto global.
- Diversidad de sistemas
Aun cuando se consiguen superar las dificultades anteriores, no es raro que los equipos dispuestos a analizar los datos necesarios para avanzar en su estrategia se encuentren con dificultades de carácter técnico. Así, por ejemplo, puede ocurrir que los sistemas, software y procedimientos de la empresa no permitan extraer los datos deseados, o que estos se encuentren dispersos en diferentes sistemas o fuentes de información, de modo que se requiera mucho esfuerzo para recopilarlos y medirlos de forma eficaz.
Y sin embargo, es esencial tomarse el tiempo de levantar la cabeza del papel (o del ordenador), establecer unos objetivos y una estrategia para conseguirlos y definir los KPIs o indicadores clave de rendimiento que nos servirán de termómetro para comprobar el estado de nuestros objetivos y las mejoras que se consiguen a lo largo de un período determinado.